.: Como guardar el Vino
Desde que un vino es embotellado hasta que
alcanza su plenitud pueden pasar algunos años. Ello supone, como es
lógico, unos costes que no todas las bodegas son capaces de
afrontar.
Las bodegas de prestigio rara vez pondrán en
el mercado vinos que no hayan alcanzado el cénit de
sus posibilidades. Otras bodegas no les queda más remedio
que dejar en manos de intermediarios, o en las de sus propios consumidores,
la responsabilidad de guardar el vino hasta su momento
óptimo de consumo.
Aquí es donde el aficionado al vino puede
encontrar sus mejores oportunidades: se pueden obtener
vinos interesantes a buen precio y asumir personalmente la
última fase de su crianza.
Dónde guardar el vino
Lo primero es preguntarse si dispone uno de un lugar
apropiado en el que almacenar el vino durante largos
períodos de tiempo. Si no es así, no hay más remedio
que procurar adquirir las botellas que se vayan a consumir a corto
plazo.
Lo más adecuado sería una bodega
subterránea o un sótano bien acondicionado. Dicho lugar
deberá estar a resguardo tanto de la luz natural como de corrientes
de aire y vibraciones bruscas. Se deberá mantener también una
temperatura constante entre 10 y 16° C y un nivel de humedad de algo
más del 70 por ciento. Y por supuesto, en la estancia no
deberá guardarse ninguna sustancia que pueda transmitir olores al
vino (gasolina, pintura, productos químicos...).
Si su vivienda no incluye esta posibilidad, deberá
tratar de reproducir estas condiciones ambientales en un habitáculo
destinado a este efecto. En cualquier caso, pueden serle de gran utilidad
los armarios refrigerados especialmente diseñados para contener
botellas de vino.
Qué vinos guardar
Las posibilidades que tiene un vino de
crecer a lo largo del tiempo, o por lo menos mantener sus cualidades,
depende de múltiples factores. En general son más aptos
aquellos que tienen más cuerpo, taninos y acidez, además de
haber seguido un proceso de crianza en barrica de roble. Como es de
suponer, también influye que el vino proceda de una
buena cosecha, que la variedad de uva sea resistente al paso del
tiempo y que haya sido elaborado con pulcritud.
Vinos tintos
Entre los vinos tintos españoles, los
que tienen más posibilidades de enfrentarse al paso del tiempo son
los que incluyen en la etiqueta una indicación de que han seguido una
crianza en barrica de roble. De menor a mayor tiempo de
crianza, esta indicación puede ser
"Crianza", "Reserva" y
"Gran Reserva".
La tradicional uva Tempranillo, con sus variantes
regionales (Tinto Fino, tinta de Toro, Cencibel o Ull de Llebre) es el
soporte más adecuado para la crianza en botella, junto a
otras variedades internacionales como Cabernet Sauvignon, Merlot y Pinot
Noir.
En general, los vinos tintos de influencia
atlántica (Rioja, Ribera del Duero, Toro,
Navarra) evolucionan más lentamente en la botella que los de
influencia mediterránea y los de clima muy cálido, más
propensos a la oxidación.
Vinos blancos
Algunos vinos Albariños de una cosecha
escogida, ciertos vinos de la comarca catalana de Alella,
los verdejos de Rueda y los chardonnay puede que
alcancen su mejor momento en el segundo o tercer año de vida.
Si se desea guardar vinos blancos
españoles, lo mejor será recurrir a aquellos que han sido
fermentados o han experimentado un tiempo de crianza en barrica de
madera. Las etiquetas españolas suelen contener
información al respecto.
Vinos espumosos
Los cavas (vinos espumosos naturales elaborados según
el método tradicional) conviene consumirlos de inmediato.
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